Matías se tumba en un tapete tipo persa. Apenas despierta sube por una ciruela y se acuesta en su cama. Delirio, zumbidos, sentencias, confrontaciones y sudor frio, incomodidad y existencialismo. La luz como la verdad duelen. Se despierta y retirando sus ropas llenas del humor pesado que carga, toma una ducha, piensa. “Que el agua limpie mis pecados, es un momento positivista, un devenir traerá consigo alegría” Canta: “No soy de aquí, ni soy de allá.”
-Las decisiones gastronómicas a posteriori de unos tragos son tan trascendentales, como cualquier decisión de vida. Las cagadas pueden ser irreversibles, pueden marcar tu vida – Gustav sentencia mientras camina con Matías a la tienda de don Ramón por un pedazo de pollo y unas papas para un caldo.
Tras avanzar una cuadra una jauría de perros les ladra, Gustav toma una piedra para defenderse, Matías pasa tranquilo. – Un día de estos estarán llenos de moscas perros- Gustav promete.
Gustav le habla antes de entrar a la tienda -Don Ramón la tiene clara, la única tienda en la montaña, el único tejo de la montaña y dueño de unos jeepsitos que suben y bajan personas de la montaña, ese tipo un visionario, y te seguro que le falta poco para incursionar en la política- Llegan a la tienda.
-Don Ramón ¿quién es el presidente de EEUU? – Matías pregunta.
-No estoy para bobadas hoy mijo, ¿qué van a querer?- Don Ramón.
-Ve no sea bobo, no diga bobadas, que el vivo vive del bobo, Don Ramón media pechuga y una libra de papa, encímeme ahí un gajo de cilantro- Gustav riéndose de Matías.
De regreso a la cabaña, en coro Clau y Willi. -cómo han estado muchachos, se amanecieron de nuevo ¿no?- Matías piensa “Siempre es necesario una madre, es obligante que en el mundo alguien se preocupe por ti”.
Willi con gracia aconseja: -Háganse una colada de plátano para trancar el estómago, o si quieren Matías, tengo unos corchos arriba que les puede servir- se ríe.
– Aún no somos botellas de vino tipo reserva, pero gracias por el homo ofrecimiento Willi- Gustav responde aceleradamente.
-¿Bueno y que van a hacer más tarde? Vienen unos amigos, podríamos todos tomarnos unos drinksitos, así mañana domingo duermo todo el día y el lunes estaría listo para la agencia- Matías condescendiente.
-Esta noche me parece perfecto, mis hijas no están- responde Willi.
-Yo los acompaño un ratico- Clau asegura.
-Soy un Ferrari- Gustav da por hecho su presencia.
-Bueno entonces esta noche tipo nueve los espero- dice Matías.
Después de haber preparado el bendito caldo y tomarlo Matías se permite una larga siesta, el olor a óleo y piel roja, la música, y la alarma, le recuerdan que debe levantarse y ser un buen anfitrión sin que llegue Zeus y le quite a la mujer.
Una hora después sobre la mesa: Jack Daniels, Ron Abuelo y Absolut, cervezas, maní, cigarros Caribe, Piel Roja y Malboro. Canción seleccionada: el jardinero de Wilfrido. A petición de Gustav. Lo que menos le gusta a Matías es tener que poner la música en una reunión social, es una responsabilidad demasiado grande. Es como el chamán que lleva a estados de conciencia más elevada a los practicantes de ritos de sanación, ya que la música es sanación, es ejercicio, es salud, es ritmo, es empatía y seducción. Willi y Gustav hacen antologías musicales y como si fuesen estudiosos del tema regionalizan y temporalizan los cantautores colombianos, Clau entra y trae consigo una picada y unos minis sanduches. Se escucha la reja de ingreso a las cabañas, entre risas y conversaciones impertinentes ingresa el primer grupo, tres chicas y dos chicos, es decir, dos parejas y una chica sola, todos amigos de Gustav. La pareja de chicas (amantes) son casi gemelas, dan la apariencia de haber tenido la misma infancia y las mismas decisiones de vida, quizá hasta tendrían un guardarropa común, contrario a lo que se cree, ambas son muy femeninas, no hay hombres en una relación lésbica. Catica, es la tercera chica, la soltera, es la que arrastra consigo las parejas y una botella de ron abuelo, conoce los gustos de Gustav. Catica es un experimento social de sus padres, de las escuelas, facultades y todo tipo de instituciones por las que ha pasado: es chelista en la filarmónica juvenil, relacionista pública e internacionalista de la universidad para embajadores, hace equitación en el alto de yeguas y termina su tesis post doctoral sobre la infamia de los rosacrucistas en el mercado de especias en el siglo XIX. Es una chica de clase dirigente. Saca de su bolso un coñac para sí misma envasado en una téterita Dior, se hacen todos en un sofá, pero ella se ubica sola en una silla complementaría. Es extraño ver esa clase de personas en esa clase de lugares.
Willi deja a Gustav con la copa tan llena como la boca de palabras y va tras el cuerpecito de Cata, a su edad no quiere dejar nada a la imaginación, lo único que tiene que perder es el tiempo, se auto proclama poli puto, fundador de un movimiento orgiástico en los años 70s, y a pesar del frio solo tiene una camiseta que deja ver sus tetillas, una pantaloneta azul celeste, un reloj pesado de colección y unos pisa huevos color caqui. Cata lo ve acercarse.
-Estoy en la edad de la sinceridad, siendo sincero, creo que el sexo es como hacer cardio o sacar al perro, y te quería invitar a moverme el corazón y sacar mi perrito de paseo ¿qué dices?- Willi pregunta con descaro.
Cata se ríe y extiende su mano. Bailan. Willi acercándosele al oído -Soy William Socarras, hijo del general Socarras, todo esto alrededor es mío, vengo deuna muy antigua casta patriarca del caribe, de familia feudal, pero decidí dejar el animalismo o la zoofilia que predominaba en la tierrita y venir a la ciudad por una buena educación artística y sexual, artística con David Manzur y sexual con toda la puta ciudad de la bohemia regente Bogotana de la época.
-¿Todo es tuyo alrededor?- Cata pregunta sin mayor interés.
-Sí- responde.
-¿Hasta ellos? ¿Cuantas de cabezas de ganado pagaste por ellos?- Cata pregunta irónicamente.
-Sí, porque me pagan renta jajajaja-
-Pero yo no soy tuya, como dicen las camisetas cool de hoy, sabes, puta pero no tuya- Cata le envía una indirecta.
Willi le da vueltas mareadoras mientras la canción de Wilfrido: “sencillo, rico pero sencillo”.
Termina la canción Willi se dirige a Gustav- le sentí las téticas firmes como lo sueños y la vida que aún le queda por delante, tiene un buen por delante, pero ese por detrás, mierda, esas nalguitas con los poros abiertos del frío, ¡no joda! Merecen un premio. Gustav ríe incómodo.
-¿Cómo anda tu familia?- Clau pregunta con ánimos de familiarizar.
Matías responde -Bueno desde que vivo acá me he distanciado un poco de ellos eso es cierto, y en realidad era la idea-.¿Por qué?- Clau insiste.
Matías se justifica aclarando -Para poder escribir, el espacio en familia es muy demandante y que mejor que un espacio alejado de todo, así como acá, que ni los invitados llegan, pocos suben las montañas- se rasca la cabeza.
Clau complice responde -Bueno Willi si me dijo que eras escritor, solo hasta tu opening es que vengo a saber bien de ti, ya has publicado, ¿Qué escribes?- le mete un mordisco a un pasa bocas.
Matías responde como quien no quiere la cosa -No nada, aun no me publican, aun no termino nada y no se bien que escribo-. Hay un silencio incómodo.
– Bueno igual te vez muy joven, creo que es una cosa que podrás ir madurando en el camino, lo importante es que ya decidiste recorrerlo ¿no?- Clau positiva.
Matías sonríe, hace un gesto como quien dice “ya vuelvo”, se retira del comedor y baja. Gustav lo presenta con las parejas y Cata. Vienen las conversaciones obligantes.
¿Qué quieres ser escritor?- pregunta Cata.
-Sí- responde apenado Matías.
-¿Por?- Cata quiere seguir en el tema.
-Me parece difícil, y no es que guste de las cosas difíciles, sólo me parece una manera didáctica de ocupar mi tiempo libre y a la vez es catártico para mí- Responde como puede Matías.
-¿Qué haces además de escribir?- pregunta uno de los chicos queriendo entrar al juego.
-Soy publicista, hago estrategias de comunicación para distintas marcas de Wiski- responde Matías sin ánimos.
-Licor y escritura, que buena combinación- interrumpe Cata coqueteando con su pelo.
La otra chica entra a la conversación cmentando -Hace poco leí sobre la sociedad envasada, como las personas somos productos envasados, hemos perdido total respeto por la humanidad, hasta las religiones ya vienen envasadas en ismos: budismo, cristianismo, etc- todos asientan con la cabeza.
Gustav entra al ruedo y sentencia: -La sociedad siempre ha venido envasada, eso no es nada nuevo-.
– Para Gustav no hay nada nuevo- interrumpe Cata.
-No para mí no, fue el rey salomón el que dijo “vanidad de vanidades, todo es vanidad, no hay nada nuevo bajo el sol”- se justifica Gustav.
Willi arremete en voz más alta: -Hay mamertos, maricas y morrongos, a bailar y tomar es que vinimos no joda, no me aburran con comentarios intelectualoides, para eso los invito mañana a la hora del tinto- Matías se ríe, Gustav sube las cejas en tono arrogante y Cata con sus invitados se sonroja.
-Venga pues bailamos- Clau sosacando a Willi a una pista improvisada. Golpean la puerta, llega el segundo grupo.